lunes, 6 de febrero de 2012

El efecto O’Neill

El inicio de la presente campaña para el Sunderland hacía presagiar lo peor. Steve Bruce no conseguía sacar partido de una plantilla falta de carácter y el equipo llegaba a finales de noviembre con unos registros claramente orientados al descenso. La presupuesta destitución no se hizo esperar. El Sunderland coqueteaba con los puestos de cola, tan solo a dos puntos de la “zona roja” de la tabla. Once puntos en trece partidos de liga y un pobre balance goleador (en parte por la sonada marcha de Asamoah Gyan) le daban la puntilla a Bruce.

Con la marcha de éste, el nombre de Martin O’Neill volvía a flotar inmediatamente en el aire. Volvía a sonar el que había sido objeto de reclamo y carne de rumores para dirigir a otros muchos clubes ingleses desde que abandonó en “extrañas” circunstancias el Aston Villa, allá por 2010. Tres años de contrato certificaron el compromiso de O’Neill con los Black Cats. Firmaba con el club inglés que, según él mismo, siempre apoyó desde que era un chaval.

Martin O'Neill, celebrando un gol vs Blackburn Rovers

Los resultados no se han hecho esperar y han vuelto a corroborar lo que muchos ya sabíamos: estamos ante un grandísimo técnico. El Sunderland tan solo ha perdido en dos de los últimos diez partidos, cosechando la friolera de siete victorias. El dato es demoledor: si la Premier League hubiese comenzado el día 11 de diciembre (primer partido en el banco de su nuevo equipo frente al Blackburn Rovers), los chicos del Stadium of Light liderarían la tabla clasificatoria. Su última hazaña, salir victoriosos del Britannia Stadium (fortaleza del Stoke City) sobreponiéndose a la intensa nevada que tuvo lugar durante el partido. Hecho que recubrió de epicidad unos tres puntos que, ya de por sí, se antojaban complicadísimos. No estamos hablando de un Manchester City, Chelsea o Arsenal, por ejemplo. Clubes que, pese a sus peores o mejores estados de forma, tienen capacidad, empuje y calidad individual para salir de situaciones completamente adversas en un momento determinado. Estamos hablando de un club con unos recursos (y plantilla) bastante limitados. Quizá suficientes para salvarse con tranquilidad, pero no para colocarse octavos y capaces de pelear por seguir subiendo. He ahí la explotación máxima disponiendo de lo mínimo. He ahí donde se ve el nivel de un técnico TOP.  

No hay mayor reconocimiento en el mundo del fútbol que los resultados, y Martin O’Neill puede presumir de estar llevado al Sunderland hacia una racha envidiable. Un equipo prácticamente señalado para luchar por no descender hace apenas escasos meses, ha conseguido instalarse en la mitad alta de la clasificación. Pero más importante que eso, es la mentalidad con la que ahora se afrontan los encuentros. Suele decirse que el fútbol son estados de ánimo. Sin duda, O’Neill era la persona idónea para insuflar energía a cada futbolista que el domingo se calza la elástica rojiblanca. La energía se convierte en carácter; el carácter, en fútbol.

domingo, 8 de enero de 2012

Algunos detalles en Manchester

La tercera ronda de la FA Cup nos dejó uno de esos partidos llenos de detalles. Esos detalles que pueden marcar el devenir de los próximos movimientos de un club o que pueden reforzar o debilitar la mentalidad de un equipo. Las dos potencias de Manchester se cruzaban demasiado pronto, en lo que podíamos denominar como una final anticipada. Quizá esta vez el cartel de favoritos lo llevaran colgado los Citizens, teniendo en cuenta los últimos resultados cosechados frente a sus vecinos. Y el inicio de encuentro no hacía sino reforzar ese favoritismo. Un United esperando el movimiento del contrario, dejando al City el control del partido.

De la polémica de Foy a la clarividencia de Rooney

La entrada que le valió la expulsión a Kompany
Que la polémica expulsión de Vincent Kompany marca sobradamente el transcurso del partido está bastante claro; que Wayne Rooney es el único futbolista que puede encauzar el juego de los de Ferguson, también. Y es que, previamente a la expulsión del central belga, Rooney ya había hecho el primero para su equipo. Marcando la diferencia. El rendimiento que despliega jugando por detrás del punta (en este caso Welbeck), le coloca como la principal opción del United para llevar peligro a la puerta contraria. Su primera parte ha sido para recordar. No existía una jugada de peligro de los Red Devils que no llevara la impronta del ‘10’. Si bien la expulsión a cargo del colegiado Chris Foy propició un mayor conservadurismo por parte del ManCity, sin la pelota pasando por la figura de Rooney el ManUnited es un equipo aburrido, con posesiones bastante previsibles.

martes, 13 de diciembre de 2011

Practicidad en estado puro

Si hay algo que ningún seguidor del fútbol británico y de la Premier League puede dudar es del máximo aprovechamiento de recursos del Stoke City. En su último partido en casa, frente al Tottenham, sorprendió ver como una de sus mayores fuentes de peligro a balón parado desde la banda, Rory Delap, se quedaba en el banco. Nada de lo que preocuparse. Corría el minuto 1 de partido y Ryan Shotton demostraba que Tony Pulis no tiene por qué temer cuando decida prescindir de Delap. Hasta 12 saques desde la línea de cal a lo largo de todo el encuentro que ponían en aprietos a unos Spurs mermados siempre por sus limitaciones a la hora defender balones por alto.

Ryan Shotton frente a Assou-Ekotto
Pese a que los dos goles de los Potters fueron obra de un oportuno Etherington, no es ninguna error atreverse a decir que Shotton fue uno de los pilares fundamentales para que el conjunto del Britannia se llevase los tres puntos. Obviando errores arbitrales que perjudicaron tremendamente a los hombres de Harry Redknapp, el Tottenham sufrió durante todo el encuentro cada vez que la pelota salía disparada de las manos del joven defensa inglés. Mientras que el primer gol de los locales llegaba de una serie de rechaces en el área, el segundo gol es una oda al fútbol práctico. Saque largo desde el costado, prolongación de cabeza y remate en el segundo palo.